Guapa-guapa no soy, pero tengo un pelazo... |
Hoy estamos muy cerca de ponernos a la cabeza de Europa en
algo que no sea la tasa de paro, la prima de riesgo o el consumo de cocaína,
amigos. Hoy, poco más de 24 horas antes de que arranque la final de Eurovisión
2012, hemos sabido que las votaciones que cada año realizan los periodistas acreditados al festival han proclamado a España ganadora del festival. Sí, amigos, ganadora
y por delante de la
todopoderosa Loreen. El cáguense.
Estoy seguro de que, como yo, habréis seguido con proverbial
devoción las dos semifinales; una cómodamente desde vuestro sofá y la otra a
través de cualquier streaming de una tele europea cualquiera (yo, para no
perder las tradiciones, me puse la tele sueca). Y vamos a analizar un poquito a
la competencia de Pastora Soler, hombre ya, que no se diga.
Luego vendrá Albania, con la loca aquella del moño que parecía
un nido de grulla pegando gritos como si le estuviesen depilando las ingles con
el cuchillo de cortar el pan. A continuación le tocará a Lituania, con el chico aquel que
vimos ayer en último lugar en la segunda semifinal cantando una canción como
muy de 2001 que recordaba al pop que hacían por aquella época en España los
Andermay (¿recordáis?). En quinto lugar, baladón que te crió: el de Bosnia. Bostezo
y a por la siguiente.
En sexta posición encontramos a las entrañables yayas rusas,
que con su Party for everybody consiguieron que me tirase varias horas
tarareando “camonendans” sin parar. Graciosas y cuquis pero, por santa Agnetha
Fältskog, que no ganen. Tras ellas viene el bajón de Islandia (un tal Jónsi que
se ve que va siempre a Eurovisión y una rubia que parece Cersei Lannister) y
luego vuelve el despiporre con Chipre y su tiarraca a medio camino entre LivTyler y un travesti de polígono cantando una canción tremenda, que parece un
descarte de las canciones chundachunderas de Nicki Minaj.
En noveno lugar (cielos, sólo llevo nueve) llega nuestra
vecina Francia con Anggun, una tía que tuvo un notable éxito en los noventa con
jitazos como Snow on the Sahara pero que después se sumió en la misma neblina
de los fracasos del pop donde hoy todavía están pájaras de la talla de Holly Valance,
Christina Milian o una de las veinte mil negras que huyeron despavoridas de Destiny’s Child.
El caso es que la tal
Anggun canta una canción así medio rara pero molante, en cuyo
videoclip aparecen hombretones dándose el lote (guiño-guiño hacia el público
gayer). Quedará de la mitad p’arriba, seguro.
Y cuando aún no estamos ni a la mitad del listado llega
Italia, una de mis favoritas, con Nina Zilli y su L’amore è femina, un tema así
como retro y sesentero que me encanta muchísimo. Luego toca baladón cantado por
un atractivo jovencito estonio y, a continuación, otro atractivo jovencito que
hará de Erik Saade pero con menos talento y más pluma, esta vez por Noruega. A
continuación llega otro baladón, el de Azerbaiyán, y luego el festival rumano
de Mandinga (que no Mandanga) con su canción en castellano. Tremendos.
En la decimoquinta posición cantará Coraluna Soluna Samay
por Dinamarca, con una canción bastante guay que a mí me gusta bastante pero
que quedará eclipsada por la siguiente canción, la de Grecia : Eleftheria
Eleftheriou (os juro por mi madre que la tía se llama así) es una especie de
Helena Paparizou que cantará una canción IGUAL a My Number One —con la que la
sueco-griega ganó hace unos cuantos añitos— y que hasta tiene el típico numerito de
hacer ver que bailan un sirtaki. Vamos, lo mismo de siempre over and over again.
Tras la jaca griega se parará el mundo, ya que Loreen —la sueca— se subirá al
escenario para acometer Euphoria, ese delirio a medio camino entre ataque de
epilepsia y secuencia de The Ring que tanto nos gusta a todos y que es la
favoritérrima para ganar el festival desde incluso antes de ganar el
Melodifestivalen.
Le seguirá el despropósito turco, que no logro a entender cómo
narices pasó anoche de la semifinal, y por fin, en decimonovena posición,
cantará Pastora Soler ese Quédate conmigo que —lo confieso— no para de sonar en
puto bucle infinito en mi iPod. Después de Pastora (que, por su santa madre,
espero que no desafine como han hecho tantos en estas dos semifinales) cantará
Alemania; más concretamente cantará un chico de bastante buen ver que al
verle en el videoclip dan ganas de
ponerle un piso en la Gran Vía. Pero
vamos, que es guapo y ya está, así que continuemos.
En el puesto número 21 actuará Malta con una canción así
como bastante movida pero que tampoco tiene mucho más, seguida de la Former Yugoslavian
Republic of Macedonia (me encanta decir el nombre entero así,
en inglés), con una canción que, sinceramente, me gusta lo mismo que
entrometerme en una discusión entre dos chonis. Luego vienen los histriónicos
Jedward y su cada vez más creciente plumerío, con una canción mucho menos guay
que el Lipstick del año pasado pero que aún puede conseguir colarles en el top
10.
Cerrarán el festival Serbia (con una canción de la que,
sinceramente, no me acuerdo), Ucrania (con una de esas jacas que llevan siempre
que esta vez parece una especie de Vaitiare pasada de vueltas que se dedica a
gritar ‘Be my guest’ en el escenario como si no hubiera un mañana) y Moldavia,
el país que nadie sabe situar en el mapa, con una canción bastante resultona
cantada por un tío que se parece a Colin Farrell.
En definitiva, que el panorama pinta bastante halagüeño para
que Pastora Soler logre una gran posición el sábado. La victoria está difícil
—sinceramente, creo que España quedará tercera tras Suecia y Rusia—, pero creo
que por fin se saldrá de esas últimas posiciones en las que este país estaba
sumido desde que decidieron llevar a las Son de Sol. Bru-he-rí-a.
4 comentarios:
yo espero q si no gana quede en el top10, si no es este año ya no será ninguno
DIOS GRANDE!!! que risas.. los finales siempre perfectos: BRU-HE-RÍ-A jajajajaja muuuy grande
brillante entrada no lo has podido resumir mejor... nos falta una de tus fantásticas valoraciones sobre el resultado final!!
ya nos has abandonado otra vez!!!!
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