"Si gano, me saco la chorra en directo" |
Comentaba yo el otro día con una amiga, una periodista que
habla de temas serios en el periódico en el que trabaja pero que sigue cada
gala de Gran Hermano con los ojos inyectados en sangre, que este GH está a la
altura del inconmensurable GH11. Y es que aunque esta edición empezó
rematadamente mal (la gala inicial fue un coñazo de los que hacen época), la
cosa ha ido remontando poco a poco hasta convertirse en un espectáculo de
narrativa audiovisual de primer orden.
Pero vayamos por partes, porque en esta edición de Gran
Hermano se ha seguido la máxima que desde hace algunos años sigue todo reality
que se precie: inventarse las normas sobre la marcha. Es eslogan de
esta edición era Dale la vuelta —¿recordáis?—, con el que se nos prometía una
vuelta a los orígenes. Hemos visto nominaciones extrañas, juegos retorcidos,
estratagemas urdidas para hundir a concursantes, entradas y salidas de concursantes
a pesar de que Merceditas negase en redondo la posibilidad de una repesca.
Pero, eh, que se volvía a los orígenes.
La entrada de Noemí en la nueva casa fue épica. Ella, con su
moño al estilo ‘nido de cigüeña’, cruzó la puerta para fundirse en un abrazo
con Ari y Dani mientras a Aless le afloraba la cara de póker. La frialdad y la
tensión que vivirán estos dos durante los días que quedan para la final de Gran
Hermano 12+1 serán dignas de un telefilm de sobremesa, así que habrá que estar
atentos.
El panorama en esta nueva casa es la leche: Aless, Pepe y
Dani saben cosas pero no lo saben todo —gracias a los vídeos que les han puesto
en la sala insonorizada de plató—, mientras que Marta y su pinza, Ari y Noemí pueden
dedicar las horas a marujear sin tregua y a despellejar a los compañeros grises
que se han quedado atrás (léase Verónica, Berta, David, Azucena, Mary Joy u 8A).
Pero más divertida está la cosa en la casa principal, en la
que moran, engañados como chinos, Hugo, María y Pipi. Los tres, con la ilusión
de creerse finalistas y tener el ansiado maletín al alcance de la mano (no
sospechan que son los que menos apoyo tienen para ganar el concurso), han
tenido que hacer el numerito de los teléfonos de cada año. Lo que no saben es
que luchan por ser el cuarto finalista y que dos de ellos probablemente tengan
que irse a su casa con una sonrisa (o no) en la cara.
Mi apuesta es que Pipi será la cuarta finalista pero, ¿a quién
elegirá como +1? ¿Tendrá valor de escoger a su Zerhio? Lo mejor de todo es que
tendremos una final A OCHO, lo que va a ser tremendamente divertido porque los
votos se van a dividir a base de bien y porque no va a haber teorías del 50%
que valgan. Yo abogo por la victoria del equipo Dani y Ari. Sólo por el
entusiasmo del burgalés al enterarse de que era finalista ya merece ganar el
programa.
¿Y vosotros qué opináis?
2 comentarios:
A mí me encantaría que ganara Aless y Marta, Marta por conseguir la cara de pocker que han puesto todos los reventados a su vuelta como +1, y Aless, porque con 300 mil euros, los cuernos pesan menos.
pues yo creo q pepe anoche perdio el concurso, y al menos para mi perdio todo el apoyo por mi parte q tenia, lunny no has mencionado nada de el dedito del amigo de pepe hacia noemi, descarado vamos, yo quiero q gana sindia o aless y en cualquier caso dani, pero pepe jamas
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