Lo de Bárbara Rey con el circo es una especie de bucle
infinito del que jamás saldrá. Me explico. Como sabéis, en mi nuevo curro (además
de tener esta semana más faena que la costurera de Lady Gaga) no tengo
televisor, lo que me imposibilita de hacer una de mis cosas favoritas: ver el Sálvame
mientras curro. Sin embargo, mi pareja se encontraba en ese momento en casa con
el programa puesto y me narraba, vía Whatsapp, una de las situaciones más
delirantes en las que la de
Totana se ha visto envuelta (y mira que no han sido pocas).
Resulta que se ha montado un chocho en el plató de Sálvame
porque han empezado a decir que Bárbara Rey tuvo una relación de pareja con
(atención) Chelo García-Cortés. Como lo leéis. Tan cuajado me quedé yo cuando
lo vi en mi Whatsapp que hubiese dado un dedo (meñique y de la mano izquierda,
tampoco hay que pasarse) para ver tamaño espectáculo. Pero ahí no quedó la
cosa.
La puntilla llegó con
la marcha de Misofi del plató con el mejor chyron que he visto en mi vida (rótulo
al pie de la pantalla, para los poco televisivos): “Sofía Cristo abandona el
plató tras llamar Mila ‘Lerda’ a su madre” para, acto seguido, rebuznar “Pues
yo al menos no me he comido 20 pollas”, no sé en referencia a quién.
Mientras tanto, yo me imagino a Bárbara Rey en su casa de
esta guisa: sentada en el sofá en bata y con el pelo recogido en un moño, sin
maquillar y acariciando a un gato mientras se maravilla con el sidral que ha
armado ella solita sin comerlo ni beberlo y fantaseando con su plan de acción a
partir de ahora: ¿alguna declaración aislada para después reaparecer en el
Deluxe? ¿Llamar al Sálvame y zanjar el tema? ¿Decir que ella no es lesbiana
pero que Chelo sí?
Ah, cuantas dudas. Quizás por estos motivos es por los que Bárbara
Rey es una de mis personajas favoritas del mundo del corazón. Bárbara es
imprescindible, es historia de la tele (como lo leéis) porque ha estado siempre
ahí, presente de una manera u otra, y lanzando mierda por doquier para poder
embolsarse unas perras.
Corren rumores sobre ella y sus relaciones que todos conocemos
con altas personalidades estatales, sobre el sueldo vitalicio que supuestamente
recibe por tener la boca cerrada al respecto de este tema, sobre los mil y un
polvos que habrá echado en su vida, sobre qué hay de verdad en su drama con Ángel
Cristo… sin embargo, ella es única. Ha sobrevivido a dos realities, a un
programa de cocina y a innumerables programas de varietés… ¡hasta a un anuncio
en el que aseguraba que pagaba feliz a Hacienda!
Yo ya espero el Deluxe de Bárbara. Como agua de mayo, además.
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