Volverse loca

En esta vida hay muchas maneras de volverse loco. Puedes intentar hacerle entender a alguien profano en estos lares cómo funciona Twitter, aparcar el coche en un espacio minúsculo cuando llevas hora y media buscando dónde dejarlo, intentar que te salga bien el guiso ese que hace tu madre y que haciéndolo tú sabe a precocinado del Eroski, averiguar por qué tu ordenador hace cosas raras con lo bien que le tratas, dilucidar por qué no llega ese Whatsapp que tanto esperas o averiguar por qué no se reproduce esa season finale que tanto te ha costado descargar y que ahora se te resiste.

O también puedes ir a Acorralados y volverte loco tú solito, delante de millones de personas que contemplarán tu descenso a los infiernos entre bloque y bloque de publi. Eso es lo que se ve que le ha pasado a Brenda, la refinada ex cronista de Mujeres y hombres y viceversa que decidió irse a la granja asturiana de Telecinco a ver si así le salía un Interviú, un bolo o algo.

Y lo que le ha salido ha sido un cuadro psiquiátrico de agárrate y no te menees, porque se ve que a Brenda la han tenido que ingresar en una institución de salud mental de Barcelona después de enseñarnos sus nuevas y absurdas extensiones. Vamos, a lo que comúnmente se le llama ‘hacerse un Raquel Mosquera’. Con la diferencia de que la viuda de Pedro Carrasco amenazaba con suicidarse (“¿Que queréis que me tire? Pues me tiro”, decía) y esta, de momento, no sabemos qué pretende.

Dijeron en Sálvame (de hecho lo dijo Kiko Hernández) que ha sido la familia de Brenda los que han decidido meterla en esa clínica son los padres, especialmente después del cristo que montó la chica cuando lo dejó con el tal Gerard desde la propia granja.

Haciendo un alarde de lo que viene siendo el mejor periodismo around the world, Kiko Hernández se sacó de la manga que Brenda podría estar ingresada por tres adicciones: a las pastillas/cocaína, al alcohol o al sexo. Además, se ve que (siempre según Kiko) a Brenda le estarían haciendo pruebas para ver si sufre un trastorno bipolar. Por el contrario, la familia asegura que está ingresada por el estado de sus nervios, que al parecer se habría visto bastante dañado tras su paso por Acorralados.

¿Qué le pasa a Brenda? Bromas aparte (espero que esté bien, no le deseo nada malo yo a esta pobre chica, Björk me libre), todo apunta a que el ajetreo vital en el que vive le haya acabado pasando factura, especialmente después de ver los arrebatos que le han dado en la granja y la mirada de neurótica obsesiva que se gasta a veces.

Como para querer ir a un reality, oye, con estos referentes…