Cambiarse de bando

Hace (varias) décadas, un señor llamado Federico Jiménez Losantos era un ferviente defensor de las ideas más de izquierdas que uno pueda imaginarse. Tiempo atrás, el señor al que desde hace unos meses no paran de operarle y de darle muletas con luces y cláxon (el Rey, vamos) se educó como pupilo del dictador que atormentó España durante cuarenta años. Y aquí no pasa nada, todos contentos.

Pasarse de un bando a otro es algo que siempre se ha hecho: la gente cambia de partido al que vota, de color de pelo, de talla, de pareja, de piso, de acera, de mascota, de amigos, de bragas y de marca de detergente. A pesar de que sabemos que estamos bien como estamos, la intriga y el misterio de lo desconocido nos tiran más que a un tonto una pipa, con lo que decidimos liarnos la manta a la cabeza y aventurarnos en pos de lo desconocido, de lo insondable, de una gloria que es tan insegura como la faja de María del Monte.

Y como la tele es reflejo de la vida, en ella también se dan cambios de bando (¿habéis visto qué bien llevao?). Los cercanos a la treintena recordaréis cómo El gran juego de la oca -el mejor concurso ever- pasó de Antena 3 a emitirse en Telecinco, pero a todos os sonarán los casos de Supervivientes (de Telecinco a Antena 3 y luego vuelta a Telecinco), de OT (de La 1 a Telecinco), de Aquí no hay quien viva (de Telecinco a Antena 3 de Antena 3 a Telecinco), de Arguiñano (de La 1 a Telecinco y de ahí a Antena 3), de La Granja (de Antena 3 a Telecinco) o los míticos trasvases de cadena que en su día tuvieron la Campos o AR. ¿Y quiénes han sido los últimos en hacer todo esto? Pues la productora 7 y acción de Pablo Motos, o lo que es lo mismo, El hormiguero y Tonterías las justas.

Los primeros fueron los tontacos, que se convierteron en Otra Movida pasándose a Neox. Y tengo que decir que con acierto: levantan diariamente la audiencia de la cadena (está ahí-ahí con Clan cada mes para liderar el ranking de temáticas de la TDT) con un programa que, si bien es casi lo mismo que TLJ, sabe darle a la gente lo que pide: chistes, risas, vídeos graciosos, gags haciendo el chorra y un poco de tontería que, oye, a esas horas nunca viene mal. La audiencia les ha dado el respaldo: más de un 14% de los jóvenes que ven la tele en ese momento tienen puesto Neox.

Falta por ver qué pasará con El hormiguero. Mientras escribo esto voy preparándome la cena en el plató de El hormiguero deben estar corriendo pasillo arriba pasillo abajo con cosas de atrezzo, con peluches, con vestuario y con mil movidas más: faltan sólo veinte minutos para que empiece la nueva etapa del programa de Pablo Motos en Antena 3 y yo, como no podría ser de otra manera, lo veré.

¿Conseguirá Pablo Motos repetir la jugada de Otra Movida y cosechar unos datos que alegren a Antena 3? Este humilde Lunny opina que sí. Por un lado tienen a El intermedio (con su público fiel que bien poco se parece a los fanes y fanas de El hormiguero) y por el otro a las espantapájaras del Vuélveme loca esta noche que, encima, han decidido contratar a -pásmense- Rockefeller, la marioneta de José Luis Moreno, para hacerles sombra a Trancas y Barrancas.

Yo le auguro un 14,5% a El hormiguero. ¿Y vosotros?