Hoy acaba GH12, ¿quién debe ganar?

Como bien sabéis los que a pesar de todo me seguís, esta edición de Gran Hermano ha levantado en mí el mismo interés que una tertulia de Intereconomía. Quizá por eso siento una especie de nostalgia, de vacío interior o de conato de arrepentimiento en estos momentos, a pocas horas de que acabe GH12.

Debo admitir que cogí la edición con ganas, aunque se me fueron bastante rápido. Concretamente, cuando vi que el elenco de concursantes se parecía más a una especie de Mujeres y hombres y viceversa redux que a lo que viene siendo Gran Hermano: ochocientas rubias de inflados senos, otros tantos chulazos de prietos glúteos y tersos pectorales –en mis pesadillas aún aparece el ‘chap’ nauseabundo con el que Óscar ilustraba su falta de grasa corporal- y tres o cuatro frikis para cubrir el cupo (la seminarista marijose, el sordo, la coja ex obesa y la loca del coño).

A pesar de todo, seguí no sin cierto resquemor las primeras semanas de convivencia: los líos de Chari y Rubén, el amor de Dámaso a Marcelo, las locuras de Patricia, las imbecilidades del Feroz y la otra… en fin, que me cansé rápido y dejé de verlo.

Desde entonces, los inputs -toma anglicismo y olé, qué poderío- que he ido recibiendo (porque los he ido recibiendo, trabajaré como un negro del siglo XIX en Alabama pero me voy enterando de lo que pasa) han sido un poco confusos y, como me va el riesgo, voy a valorar a los tres finalistas sin casi haber visto el programa. Al loro, que me lanzo.

Laura (o también conocida como ‘la chica que habla a una frecuencia sólo audible por los perros’): en condiciones normales me parecería lo peor, una choni insoportable comparable a las mil que pueblan mi barrio –soy del Clot, qué queréis-, pero creo que ella merece ganar Gran Hermano. Porque GH va de convivir, y esta tía al menos lo ha exprimido al máximo: entró con novio, le dejó por el primer mojabragas que le tocó la teclita, notó cómo toda su familia le daba la espalda, se ha peleado hasta la saciedad con el malaguita y ha protagonizado uno de los dramas más grandes de GH. Ella debe ganar, por trayectoria y recorrido.

Marcelo: Este chico ya entró buscando gresca y con la idea de llevarse a una al catre para así volver a Málaga henchido de orgullo masculino y con la postura física que se conoce como pecho-palomo. Quiso a Flor, quiso a Catha y al final se acabó trincando a la ‘felizmente casada’. Y claro, lograr que la chorba en cuestión deje a su cónyuge por ti es todo un plus, claro. Bobadas aparte, este tío me cae mal. Bastante mal, para ser sinceros, con lo que su hipotética victoria me tocaría mucho las narices.

Yago: Empezó siendo más detestado que un dolor de vientre y mírale ahora, tan contento en la final y tras haber sido repescado. El Yolo podría convertirse en el primer ganador de la historia de GH en haber sido repescado, algo no tan descabellado: si tenemos en cuenta la teoría del cincuenta por ciento de Belén Ro, todos los que no quieran que ganen los totitos votarán a Yago, así que… who knows?

¿Quién queréis vosotros que gane GH12?