Con Iván me pasa una cosa rara: por un lado es verle abrir la boca y querérsela rellenar con los calcetines usados del resto de sus compañeros de la casa pero, por el otro, me alegra que siga metido en Gran Hermano a pesar del numerito del que fuimos testigos anoche. Y es que Iván parece haberse propuesto montar cada semana un drama para asegurarse una supuesta fama una vez salga de la casa, aunque olvidándose de que tiene menos talento para la interpretación que Kiko Rivera.
Si la semana pasada Iván exageró el no-manotazo de Lorena hasta convertirlo en su mente en una especie de brutal agresión física (como si miss Ungles Cuques le hubiese embestido con su volumen corporal cual torpedo contra una pared de granito), esta semana ha entrado en una crisis imaginaria al echar de menos a una novia con la que supuestamente lleva dos meses. Pero, ojo, echarla de menos muy fuerte, ¿eh? No como echas de menos tú, astuto lector, a tu pareja cuando no está, no, Iván es más intenso que tú y que nadie en este país en cuanto a sentimientos se refiere (y se emociona hasta escuchando Paquito el Chocolatero).
Total, que ante tal crisis de añoranza por una joven cuya existencia desconocemos y con la que asegura no haber hecho el amor pero sí haberla mirado fijamente como cuando miras a alguien mientras le das mandanga de la buena, Iván reclamó y casi exigió a GH ver a su chorba para aliviar el tormento que le perturba y deprime. Un no parar de sufrir, oye.
Ante tal melodrama de sobremesa dominicial, Merceditas se arremangó su
Merceditas, sabiendo que el chico en realidad no se quiere ir y que todo es puro y absoluto drama, se ofreció a asumir ella la indemnización. Pero Iván seguía dándole vueltas a su ofuscación mental y reclamó una charla a solas con la Milá quien, hartita de ya de tanta tontería, profirió el ultimátum que todos esperábamos oír: “Iván, ¿te quedas o te vas?”. Y él dijo “Me voy”. Y no es por dármelas de vidente, pero ya pronostiqué en Tuiter que esa decisión iba a durar lo mismo que un tronista en una biblioteca:
No me creo que Iván se vaya. Y si se va, se acabó Gran Hermano. #GH4
— El Lunny (@teuvemix) 4 de marzo de 2013
Una semana en la que habrá dos temas que centrarán nuestra atención: el primero es el drama que Iván interpretará y el segundo es, por supuesto, la relación entre Eva y Danny. En un alarde de lucidez, Gran Hermano ha decidido meter en la casa a la novia del DJ después de ésta haber visto cómo su chorbo se encamaba con otra. Sí, de manera fraternal, pero en la misma cama y bajo el mismo edredón al fin y al cabo. Eva, que esta semana está en todos los kioskos enseñando las tetas, no tardó ni medio minuto en recriminarle a su novio el comportamiento que ha tenido dentro de la casa con Susana:
Eva ha entrado en la casa con la condición de fingir que no conoce a Danny y de decir que se llama Ana. Sólo Miriam, Edoardo y Leti sabían quién era en realidad la chica... hasta que la torpeza de la andaluza ha hecho que toda la casa sepa ya a estas alturas quién es realmente. Si esto pasaba (que ha pasado), ella no se convertiría en concursante de GH y los que sabían que era la novia de Danny quedarían nominados automáticamente. Excepto Edoardo, claro, que fue el expulsado de anoche. ¿Cómo acabará la cosa?
Y para acabar, un pequeño apunte. Telecinco y sus ganas de tocarle los cojones a Antena 3 volvieron anoche a no conseguir superar a la competencia enfrentando el programa estrella que con más mimo deberían tratar a uno de los estrenos más esperados de la temporada. ¿La consecuencia? Un excelente 26,4% para Splash! Famosos al agua y un regular 16,5% para Gran Hermano; más o menos como pronostiqué en un tuit, al filo de la medianoche.
Mi porra: #Splash, 26,5%. #GH4, 15,8% ¿Qué pensáis vosotros?
— El Lunny (@teuvemix) 4 de març de 2013
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