Acaba 'House'

Hasta luego, Lucas

Ocho temporadas, amiguitos. Ocho temporadas son las que ha aguantado Gregory House en la tele con sus rebuscados diagnósticos, su cojera intermitente, su cinismo y su mirada de ‘te estoy juzgando permanentemente, oh ser inferior a mí’. Pero todo lo bueno en esta vida se acaba, amiguitos míos, y la FOX ha decidido echar el cierre a la que fue una de sus series estrella durante la década de los dosmiles.

Ahora viene la pregunta: ¿por qué? Pues por varios motivos: el primero es la audiencia que, progresivamente, ha ido abandonando a la serie hasta dejarla bajo mínimos. Y la verdad es que tantos episodios con casi el mismo esquema argumental ya cansan. Vale, hay tramas que trascienden los cuarentaypico minutos del episodio pero, seamos sinceros, ha llegado un punto en el que ver cómo House resuelve un caso es tan interesante como admirar los movimientos del labio inferior de Mariano Rajoy.


El respetable ya se conoce demasiado el esquema: paciente moribundo / derivación a House / comité de crisis / descartar lupus / tratamiento erróneo que le jode aún más la salud / drama con los familiares / revelación milagrosa por parte del dr. House / curación espontánea y maravillosa. Y claro, ocho temporadas con lo mismo cansa. ¿Que Anatomía de Grey también cansa? Sí, pero tiene la base de melodrama culebronil de treintañeras solitarias en busca del amor que nunca llega y eso, aunque no lo queramos, cala mucho.

Otro factor que ha hecho que la FOX decida echar el cerrojo a la producción de la serie ha sido que Hugh Laurie está ya hasta los glotniks de hacer de House. Hombre, yo le entiendo. El hombre no era conocido (al menos no a nivel Perez Hilton me pinta corridas en la comisura de la boca) antes de ser House y ahora se produce aquello tan bonito que es el encasillamiento. Vamos, lo que le pasó a Fernando Tejero, que jamás podrá dejar de ser el portero de Aquí no hay quien viva.

Hugh Laurie también llegó a manifestar que fingir la cojera de House estaba empezando a afectarle físicamente (tendría narices acabar cojo por interpretar a un cojo durante ocho años) a modo de berrido silencioso a los productores para que entrasen en razón y acabasen la serie ya de una vez por todas (lo que deberían hacer con Gossip girl y sus ya delirantes tramas, vamos, pero eso ya es otro cantar).

Con House se irá una de las más importantes series de esa nueva hornada de producciones televisivas que nos hicieron conocer el concepto temporada, season finale, cliffhanger o midseason. También se irá la que fue la gallina de los huevos de oro para la primera etapa de Cuatro, tan lejana ya y diferente al pastiche de formatos que es ahora.

Yo confío en el buen hacer de los guionistas y en un final de justicia para la que ha sido una de las series más grandes que hemos podido ver por el Megavideo.