Normalmente, queridos pequeñuelos, solemos hablar de series.
Concretamente, de las series que nos apasionan, de las que nos emocionan, de
las que nos hacen perder el sueño porque hacemos aquello de ‘un capítulo más y
me voy a dormir’ o de las que nos hacen estar pendientes del ripeador de turno
para que cuelgue el último episodio de una santa vez.
¿Pero qué pasa con esas series que en su día nos volvieron
locos del glotnik y al cabo del tiempo acabaron siendo desterradas de nuestro
imaginario y, en consecuencia, de nuestro tiempo libre? Y estoy seguro de que a
vosotros también os ha pasado lo que voy a decir ahora: dejar una serie a la
mitad.
Lo de Gossip girl ya se veía venir desde finales de la
segunda temporada: el hecho de que los zagales se fuesen a la universidad y que
la propia Gossip
girl dejase de tener menos sentido que Antonio Tejado en la cena de Nochebuena
de Rosa Benito ya daba pistas de por dónde iban a ir a los tiros. Y la verdad
es que la tercera temporada me pareció aburrida hasta decir basta, con cosas
absurdas como el trío de Dan, el disparo (porque fue un disparo, ¿no?) a Chuck
o Georgina con un bombo. Ahí es cuando dije basta.
Gossip girl molaba en su primera y segunda temporada, cuando
los mamoneos de los adolescentes de clase alta tenían sentido. Pero ah, amigos,
en los USA no hacen algo que aquí sí que sabemos hacer: estirar los años de
instituto hasta que a los actores les salgan arruguillas o alguna que otra
cana. Eso es, a mi modo ver, lo que tendrían que haber hecho: mantener a Blair
Waldorf y compañía más tiempo en el instituto para que hubiese bien de zorreo y
que el personaje de Gossip girl siguiese teniendo sentido. ¿Alguien más está de
acuerdo?
Y vamos ahora con Glee. A pesar del subidón inicial que me
dio con la serie (reconozco que estuve altamente pesado con los primeros
episodios, mis amigos todavía recuerdan la brasa que les di para que vieran
Glee aduciendo que era el nuevo gran guilty pleasure de la vida moderna), la gracia
se perdió tan rápido como llegó. Me explico.
Devoré la primera temporada y me hice fanérrimo, pero cuando
llegó la segunda… ay, la
segunda. Entre los capítulos dedicados a artistas que te
dejaban una sensación de ‘ah, vale, ¿y?’, los que hacían función de servicio
público y los que, directamente, aportaban cero a la trama de la serie, Glee se
me convirtió en aburrida.
De ser el reflejo de una panda de desgraciados que se lo
pasaban en grande aunque los demás les puteasen pasó a ser una especie de folletín
de lo políticamente correcto y destilaba un mensaje demasiado evidente a “no
pasa nada por ser gorda, negra, marica, paralítico, zorrángana, retrasada,
marimandona o madre adolescente; eres diferente y eso mola, oh sí, viva la
gente”. Que como mensaje es estupendo de narices pero, oye, no hace falta ser
tan previsible.
¿Hay alguna serie que hayáis dejado a medias? ¿Por qué?
4 comentarios:
pues yo tbn deje a medias glee, me pasó como a ti y el barco fue ver los priemros 10 min y ya me canse, lunny has visto american horror story, memola mucho esa esa seria
Si bien es cierto que Gossip Girl perdio la gracia en la tercera temporada,la cuarta y la quinta temporada han vuelto al nivel de las dos primeras temporadas, tambien es cierto que NYC es mi ciudad favorita, y esta serie la muestra en todo su esplendor, por otro lado, esta la cansina de Glee la cual nos vilvio loco con la primera temporada, en la segunda dijimos vale esta respetable, pero ya con la tercera temporada la serie ha perdido toda su gracias!
'Glee' nunca ha sido una gran serie, pero a mi me alegra el rato mientras la estoy viendo. Es una serie para ver tranquilo y disfrutar.
La verdad que acabas de desterrar a dos de mis series favoritas. Estoy completamente de acuerdo contigo en que Gossip Girl tendría que haber tenido más años de instituto porque para una serie que merece ser alargada manda huevos no hacerlo! Aunque aún así GG me sigue enganchando con cada capítulo. Y de Glee ni te cuento! La segunda temporada sí que fue malucha malucha, pero también te digo que esta tercera lo merece. No han conseguido recuperar toda la esencia de la primera pero sí bastante. Incluso hay capítulos que terminan y te dejan con la boca abierta y muriéndote de ganas de que saquen el próximo capítulo.
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