Los dramas de Sonia Monroy

#metiroalsuelocomosonia. Ese es sólo uno de los grandes hashtags surgidos de Supervivientes, casi tan épico como aquel #sufrocomogeno que tan sublimes momentos nos dejó en OT 2011 (el día que no mencione a OT 2011 en un post de Teuvemix vendrá el presidente de la Generaliat a hacerme entrega de la Creu de Sant Jordi o algo así). Pero, ah, se ve que Sonia sí que sufre.

La intérprete de Salvaje ha tenido que ser intervenida de urgencia. Y por intervenida no digo que le hayan metido mano –con perdón- a sus finanzas como si de una caja de ahorros se tratase, sino que ha pasado por el quirófano. Esto no sería una noticia demasiado relevante si tenemos en cuenta que lleva más plástico encima que el embalaje de una impresora, pero es que se ve que en este caso la operación ha sido provocada por las duras condiciones físicas a las que se someten los concursantes de Supervivientes.

La para muchos ganadora moral de Supervivientes tuvo que ser intervenida por un problema de piedras en el riñón, y suerte que teníamos allí a su gran amiga Yola Berrocal para retransmitirlo vía Twitter. Y es que pese a lo amargo de tener que ser operada, la cosa tenía su punto bizarro por el hecho de tener a la ex líder del YIL contando vía Twitter las idas y venidas de Sonia Monroy del quirófano.

Porque Sonia volvió al quirófano, amiguitos. Se ve que el postoperatorio se le complicó y la ex miembro de las Sex Bomb fue intervenida de urgencia por segunda vez en un mismo día, con el desgaste y el peligro que eso conlleva. Afortunadamente (y ahora ya fuera de toda broma), la neumática vedette se encuentra ya fuera de peligro aunque sedada por los dolores que sufre en el páncreas.

Y es que claro, ir a Supervivientes puede parecer un chollaco: vuelves morena, delgada, sonriente, con varios platós por hacer y unos cuantos eurillos en el bolsillo. Pero claro, cuando uno empieza a perder peso como si no hubiese un mañana y lo más nutritivo que se come es una chirla (con perdón) que llegó flotando una tarde pues pasa lo que pasa: que el cuerpo se te resiente.

Hay honrosas excepciones, como la de Kiko Rivera o aquella miss tan boba que robaba Coca Colas y volvió de la isla con más peso del que llevaba, pero el caso es que todos vuelven hechos un trapo. ¿O no os acordáis de aquel jugador de baloncesto que tuvo ser mandado de vuelta a España porque llevaba como tres semanas sin cagar y tenían que hacer que eso saliese de su cuerpo sí o sí? ¿O el caso de Tatiana y su desplazamiento mamario –ya solucionado si nos atendemos a la portada de Interviú en la que nos enseña hasta las ideas?

Yo, la verdad, es que espero que Sonia se recupere lo antes posible. Eso sí, espero que tanto tiempo en cama convaleciente de sus intervenciones le sirva para pensar y para darle vueltas a cómo interpretar mejor. Porque, Mari, el desmayo ese que sufriste en la final y que casi parecía de diva del cine mudo eleva a Penélope Cruz a la categoría de actriz buenérrima.

Sí, no soporto cómo actúa Penélope Cruz. Hala, ya lo he dicho.