A veces pasan cosas que, de puro
surrealistas, acaban pareciéndonos hasta normales cuando ni por
asomo deberían serlo. Me explico. Resulta que hoy estaba yo en un
workshop así muy chachi de mis movidas hoteleras cuando leo un tuit
de FormulaTV en el que anuncian que a Belén Esteban le van a hacer
un homenaje en pueblo de Córdoba.
No sé qué habrá pensado la persona
sentada a mi lado al respecto de lo que veo o dejo de ver en mi
netbook, pero lo cierto es que, tras la sorpresa inicial y la
indignación posterior, me he puesto a ver a santo de qué se
homenajea a esta señora. Y resulta que es por sus diez años de
trayectoria televisiva. Flipas.
Quien ha tenido la gran idea de hacer
esto es el pueblo de Lucena, que ha decidido habilitar para el
próximo sábado 5 de noviembre la sala local Palko con el fin de
allí se den cita seguidores, fanes, gente aburrida que tampoco tiene
nada más que hacer y la propia Belén Esteban, esa gran comunicadora
que lleva diez años en la tele dando el callo y haciendo de este
país un mundo mejor (espacio para risotadas).
Si echamos la vista atrás recordaremos
que la Esteban aterrizó en la tele unos años después de haber
parido a su Andreíta de los cojones, más concretamente en Antena 3
y de la mano de Alicia Senovilla, en su programa Como la vida. De ahí
se fue a los brazos de Ana Rosa en Sabor a ti y, cuando la diva
literaria se pasó a Telecinco, ella hizo lo propio: primero pasó
por uno de los mil programas presentados por Carolina Ferre que
acabaron en el cubo de la basura y luego volvió a AR, para después
recalar en Sálvame… y hasta ahora.
Puede que la homenajeen por llevarse el
bocadillo de choped envuelto en papel albal para comérselo durante
la publi, por llorar ante España sus mil rupturas y dramas humanos,
por explicar los detalles de sus relaciones sentimentales, por hacer
gala de una incultura y ordinariez que avergonzaría a cualquiera de
las Princesas de barrio… ¿O la homenajearán por su intachable
trayectoria profesional, por su férrea defensa de los valores y de
la profesión periodística, por su efectividad como cronista
política o por su habilidad como conductora de magazines de éxito?
Ya me imagino el acontecimiento: una
sala abarrotada de señoras y chonis que gritan ‘Arriba la
Esteban’, ‘¡Guapa!’ y demás sandeces mientras alaban que ella
“ha sufrido mucho en la vida”, que es “auténtica”, que
“representa a España” y que “habla claro como el pueblo”.
Ojo (otra vez), a mí la Esteban me
divierte horrores y soy el primero que se pone ante la tele para
tragarme el enésimo Belenazo de turno, pero lo hago porque me
encanta ver cómo sus compañeros le toman el pelo y lo fácil que es
hacerle saltar cuando le tocan la teclita, no porque me crea que es
una gran comunicadora (Dios me libre). Si no, en lugar de haber
estudiado periodismo me habría ido a por un torero. ¿Qué me habría
ido mejor en la vida? Oye, pues puede que sí, pero entonces quizá
no tendríamos Teuvemix y viviríamos todos en la depresión
televisiva constante.
1 comentarios:
cuanta razón tienes en esa última frase...! Guapo!
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