Dos millones, dos

Llevo como diez minutos intentando buscarle un título así como con mucho punch para este post de hoy y, oye, la verdad es que el amasijo de neuronas que me quedan vivas después de tantos años de ver Gran Hermano no me da para tanto.

Amigos y amigas, seguidores y seguidoras, stalkers y fans, Belén Esteban negocia renovar su contrato por cuatro años más (vamos, como si de una reelección electoral se tratase) con La Fábrica de la Tele y, encima, con aumento de sueldo que podría llevarla a cobrar dos millones de euros anuales; euro tras euro.

No sé a vosotros, pero a mí la noticia me da pavor. Me da pavor porque me parece de patada en la boca que una tipa que lo más meritorio que ha hecho en su vida es regentar una tienda de bolsos en un polígono y ganar el Más que baile vaya a cobrar dos millones de euros por ir a la tele a decir pavadas.

Ahora viene cuando todos os echáis a mi grácil cuello de cisne: “Pero si a ti te hacía gracia la Esteban!” “Pero si tú antes molabas!” “Pero si tú antes publicabas mucho en Teuvemix y ahora te tocas las fibras de lana a dos manos mientras vete a saber tú de qué cojones dices que trabajas!”. Ah, amigos… la Esteban me pareció graciosa un rato, pero cuando vi que cobraba tanto dinero por nada y que, encima, seguía vistiéndose en el C&A, pues decidí que no, que no se merecía el cariño de Ejjjpaña.

El tito Paolo (ese señor que, con sus decisiones, suele dejar en paro repetidamente a compañeros y sin embargo amigos míos) se ve que le subirá el sueldo a Belencita a condición de que colabore en más programas. Vale, repetid ahora conmigo: “¡¿MÁS?!”. Sí, más. Y es que Vasile no tiene bastante con Sálvame Diario, con el Deluxe, con La Noria, con Aída o con Más que baile.

Que hay una mente perversa y con el cerebro comido por demasiadas drogas en los noventa tomando las decisiones en Telecinco es algo que a nadie se le escapa pero, joder, ¿hace falta este derroche? Lo peor de todo es que los millares de palmeros/as que tiene la Esteban around Spain estarán ahora felicitándose de que la musa de la periferia tenga la suerte de cobrar esa morterada “porque pobrecica, se lo merece, con tó lo que ha sufrido en la vida”. ¡Venga ya!

Servidor de ustedes (o de vosotros, que yo también soy cercano cual princesa del pueblo) no entiende cómo cobrando semejante amount la tipa se haya comprado un chalé en Paracuellos del Jarama –que me dicen que es muy lo peor y más antiglamour que ir a la boda de tu hermana con una bolsa del Día como bolso- , cómo sigue yendo a veranear a Benidorm pudiendo comprarse media Formentera o cómo puede seguir tiñéndose el pelo con la freidora.

“Porque es mu llana, mu del pueblo, mu de como es la gente de la calle”, dirán. Pues quizá sea por eso pero, oye, yo si ganara dos millones de euros al año os aseguro que tendría un casoplón que temblaría el misterio, y sería más snob que Tamara Falcó en una bañera llena de Veuve Clicquot.

Ya he decidido el título: Dos millones, dos.