GH Catorce: #zorrasca (o el 'Efecto Miriam')

Hay varias personas en cuya piel no me gustaría meterme, ni aunque fuese esa la única opción que tuviese de sobrevivir después de una sesión de tortura en Guantánamo. Una de ellas es Mari Ano Rajoy, ese ser que dice estar capitaneando a España en su camino hacia el progreso y el bienestar, y la otra es Miguel, el sufrido novio de Miriam de GH Catorce.

Poca gente debe saber por lo que estará pasando este chico ahora mismo, muy poca. Quizá la única que le pueda entender sea la ex novia de Hugo de GH12+1, que fue partícipe del cancaneo y posterior encamamiento de su chico con la pizpireta María la jerezana. Pero el caso es que debe ser muy duro estar sentado en el sofá de tu casa después de haber decidido el color de los manteles de las mesas del banquete de tu boda y ver, de golpe, esto:

Unos cuernos en directo, amigos, la versión granhermanística del típico gag del hombre que vuelve a casa de trabajar, entra en su habitación y se encuentra a su esposa trotando sobre un butanero, quien reacciona al descubrimiento con un ‘¡Cielos! Mi marido’. Esta escena tan de película de Alfredo Landa se traduce hoy en una joven a punto de casarse abriéndose de patas ante un viril mozo vasco, quedándose en sujetador al son de música sensual y poniéndole el culo y lo que entre las piernas le acompaña encima del aparato genital del otro, que ya sabemos que es de fácil alegría.

Ante este panorama, cuando cualquier otra persona cabal e inteligente lo que haría sería achacar tal desenfrenado comportamiento a una copa que le sentó mal o a una medicación que no hizo el efecto que debería haber hecho, Miriam prefirió seguir viviendo en su mundo de chuchería y oropel y pensar que era “imposible” que su novio se molestase por haberle estado a punto de bajar la bragueta a Igor sólo porque lo hizo “sin maldad”.

Miguel, que anoche no acudió al Debate, tuiteaba lo siguiente:

Viendo el #DBTGH5... pffff. Voy teniendo las cosas mas claras.
— Miguel (@lluch_miguel) 21 de marzo de 2013

Muchos pensaréis que la reacción de Miguel está siendo tibia y que debería haber mandado ya a la mierda a Miriam y que se encargase otro de darle alfalfa y cepillarle la crin, pero yo estoy de acuerdo con la comedida reacción del joven valenciano. Él está demostrando una serenidad y madurez de la que Miriam carece y que se encarga de demostrar ella solita con su actitud despendolada por la casa. Miguel debe estar sufriendo lo que no está en los escritos ya que no se trata sólo de un ataque de cuernos: es que toda España está viendo como su novia le arrima el juju a otro y, encima, tiene las narices de pensar que no está haciendo nada malo.

¿Cómo explicáis vosotros la actitud de Miriam? ¿Le dejará Miguel en cuanto ella salga de la casa?