Amor de GH9, apuñalada

Qué jodido es empezar la semana dando estas noticias oigan. Hoy hemos empezado la mañana enterándonos de la muerte de Fraga (lo que ha dado lugar al hashtag #PelisFraga con títulos tan logrados como ‘El hombre que susurraba a los carallos’ o ‘El niño con el pijama de Fraga’), hemos seguido con el palmarés de los Globos de Oro en el que Modern Family, Homeland y Downton Abbey lo han petado, luego nos hemos quedado ojipláticos con la portada de Alaska en el Interviú y nos hemos estremecido (de verdad) con el tumor que se le ha detectado a Terelu en el pecho y que le mantendrá alejada de los platós durante una temporada.

Pero para drama, amigos, el de Amor. La pobre siempre está, por una cosa u otra, en boca de todo el mundo (vamos, que todo el mundo habla de ella, no que alguna parte de su anatomía esté metida en la boca de toda la gente de España; lo aclaro por si acaso). Esta vez, la ex concursante de Gran Hermano 9 y de GH: El Reencuentro ha vuelto a ser víctima de una agresión, pero mucho más truculenta que la anterior.

Y es que a Amor nos la han apuñalado. Como lo leéis. Nos la han pinchado como a una vulgar aceituna, con lo fans y defensor que he sido yo siempre de Amor y sus circunstancias. Resulta que la zagala estaba de fiesta el sábado en Fuerteventura (no en una biblioteca ni en una retrospectiva de Jackson Pollock) tan tranquila cuando una chica –en ningún sitio lo dicen, pero posiblemente sea una cani– le pegó un empujón y le propinó un golpe en la cabeza.

Amor, tras recuperarse del testerazo, fue a la chica pidiéndole explicaciones al respecto de la agresión (que bien podía ser un «Perdona, alegre desconocida, ¿pero por qué me agredes?» como un «Me ví a cagar en tu madre, se puede saber qué coño te pasa»), a lo que la desconocida individua agarró una navaja, se la clavó en el costado y le abrió una herida desde la altura del corazón hasta el abdomen para que le fueron necesarios –atención– 21 puntacos.

Como es lógico, Amor ingresó en el hospital hecha un higo y con una brecha en el costado que ni un pavo a medio rellenar, pero gracias a Björk la cosa no fue más grave porque la majorera llevaba una faja de estas de contención, llena de remaches y contrafuertes. El motivo de tan antiérotica prenda de lencería íntima (regalada, por cierto, por su santa madre Mensi) eran unas molestias que sufría en su pecho. Básicamente, la faja hizo que la herida no fuese tan grave como podría haberlo sido.

Amor ya ha anunciado por Twitter que se encuentra mejor, algo de lo que sinceramente me alegro, mientras la agresora sigue en paradero desconocido. Desde esta humilde tribuna le deseo a Amor una pronta recuperación para que pueda ir a Sálvame y a La Noria a contar lo dramático del altercado.

La envidia, Mari, que es muy mala.