Diez años de un sueño


Hoy hace justo diez años que había dieciséis chavales de toda España que estaban en un sinvivir. Habían sido elegidos en un multitudinario casting para participar en un concurso musical que empezaría a emitirse el 22 de octubre de 2001 en La Primera, donde además tendrían que convivir en una academia en la que les darían clases, y que llevaría por nombre Operación Triunfo. No sabían dónde se metían.

Hace diez años que David Bisbal, Rosa López, David Bustamante, Chenoa o Manu Tenorio eran, en el mejor de los casos, cantantes amateur que se ganaban unas perrillas cantando en orquestas, en casinos, en bares o, directamente, donde les dejaban. Mientras tanto, en Barcelona, se construía una academia-plató, se planificaba el concurso, se decidía qué cantarían… y se cruzaban los dedos deseando que Operación Triunfo, esa idea que tuvo Joan Ramon Mainat, funcionase.

Y joder si lo hizo.

Una década después, nada tiene que ver ya con ese mágico 22 de octubre de 2001 en el que gente como Rosa López cantara por primera vez en público. Ocho ediciones (siete y media, si me permite), un cambio de cadena, tres cambios de presentadores y una curva de audiencia que sólo rompió su caída con la primera edición en Telecinco han convertido a OT en algo que, en palabras del propio Paolo Vasile, tiene que pasar mucho tiempo en la UVI antes de volver a la tele.


Sí, OT tenía cosas malas, muchas. El formato no evolucionó en diez años (vídeo-canción-valoración multiplicado por X hasta llegar a la expulsión, las nominaciones, la salvación de los profes y la de los compañeros) y además tenía la particularidad de ser altamente perverso. Me explico: en GH sabes a lo que entras, estás aislado durante el tiempo que permaneces en la casa y al salir tienes que hacer frente a lo que has hecho. Pero en OT ven cómo reacciona la gente. En OT pasan de cantarle a las vecinas y a cuatro clientes de un bar a darlo todo en un escenario más grande que cualquiera de nuestras casas y ante mil personas que tan pronto te aclaman como te abuchean. Y eso debe doler.

En OT veían cómo algunos vídeos se emitían en plató y otros no. En Gran Hermano no saben nada y, encima, al público le cae la del pulpo cuando llegan abucheos de plató a la casa. En OT pasan de actuar ante gente que se da de leches por verles en un plató donde te dan un sándwich, una botella y una bolsa de patatas a ver cómo se cancelan conciertos de la gira del propio programa porque la gente no quiere pagar 15 euros por verles. Y como esta, cien más que tampoco es cuestión de comentar aquí.

Sin embargo, y a pesar de todo, OT era ilusión. OT era chavales con un sueño, con una capacidad admirable, con un talento aplastante (y en esta edición sobraba talento) y con unas ganas locas de vivir de lo que más le gustaba hacer. OT era preadolescentes que lo daban todo por unos ídolos y que, de paso, descubrían música que de no ser por el programa nunca jamás hubiesen escuchado. OT era compañerismo (trabajadores, concursantes, profesores), OT era formaciónOT era bonito.

El próximo sábado 22 se cumplirán diez años de la gala 0 de OT1. Viva OT.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ooooo me has emocionado con tu relato, cuando ot empezo tenia yo 10 años y aun recuerdo esas galas emocionantes y todos cantando el mi musica es tu voz, el problema de ot no se cual ha sido el problema del desgaste porque a mi me encantaba, en fin solo queda esperar que en un futuro vuelva con ams fuerza que nunca y vuelvan a triunfar, pues lunny en cadiz en la playa victoria ot2008 congrego a mas de 80.000 personas, yo creo que eso significa algo, VIVA OT y gracias por este maravilloso post

posdata:trabajaste en ot desde ot1??

lunny dijo...

No! Desde OT2006 :)

Dancees dijo...

OLÉ!

Publicar un comentario

 
Teuvemix | Crítica sobre televisión, realities, series, Gran Hermano y más © 2010 | Diseñado por Chica Blogger y adaptado por Lunny Descarriado | Volver arriba