¿Ha encontrado Antena 3 la fórmula para poder emitir realities?

Lo de Antena 3 con los realities es parecido a lo de Google con las redes sociales: lleva tiempo sin dar ni una pero ahora parece que pueden llegar a conseguir algo. Y es que la cadena triste tiene tras de sí un amplio (un amplísimo) currículum de experimentos fallidos de realities, que empezó con El Bus (en su época se consideró un epic fail a pesar de que promediase un 26%, cifra por la que hoy muchos firmarían sin dudarlo) y acabó con El Marco, esa cosa presentada por Patricia Gaztañaga que duró en antena lo mismo un canapé delante de Terelu Campos.

Sin embargo, y en honor a la verdad, hay que reconocer que Antena 3 vivió ciertos momentos de esplendor en cuanto a realities se refiere: ellos fueron los que parieron Confianza ciega, ese increíble programa en el que parejas aparentemente consolidadas eran separadas por sexos y puestas a convivir con jacas y maromos de infarto en resorts de lujo con el único objetivo de ver cuánto aguantaba el otro los celos.

También adaptaron, durante un tiempo aunque con éxito decreciente, La isla de los famosos, programa que se convirtió en escaparate de la Paula Vázquez más aventurera desde Fort Boyard (¿os acordáis?) y que nos regaló imágenes como la de María Jiménez pasándolas putas en África o Charo Reina amargada de la vida en la selva.

Inexplicablemente, el sublime Confianza ciega jamás tuvo secuelas (remake ya) y La isla de los famosos se fue desinflando hasta que Telecinco lo compró, le llamó Supervivientes y empezó a petarlo tal y como lo han estado petando hasta ahora. Lo intentaron con cosas como el mítico Estudio de actores, el olvidado Xti, el engendro de ¿Cantas o qué? o incluso el infame Unan1mous pero, oye, que no había manera.

Hace unas semanas se confirmó que Antena 3 estrenaría un talent show de famosos cantando. ¿Hola? ¿Famosos cantando? ¿Como en el Cantas o qué? Sí, pero no: estos iban a saber cantar o, al menos, parecerlo. En lugar de Antonia Dell’Atte, Toñi Salazar; en lugar de Sofía Mazagatos, Angy. Y así.

¿Qué pensábamos todos? Fracaso absoluto, error máximo, drama tremendo, hostia terrible (pronúnciese como si lo hiciese Antonio Recio)… Y van y lo estrenan ayer y no, no se hunde, sino que aguanta. Es más, logró liderar tras el final de Homicidios y en sus últimos minutos consiguió picos de (cáguense) un 25%.

Y es que es un programa que lleva tanto la marca Gestmusic que es hasta insultante dudar sobre quién lo produce. Tras cinco años pencando allí, sé reconocer los grafismos de la casa (el de Tu cara me suena ese era el mismo que el OT2005, no me jodas), los bailarines (el mulato de pelo escarólico es toda una institución en la empresa), los jurados (el permanente Ángel Llácer, que cuando se muera esparcirán sus cenizas por las oficinas de Gestmusic al paso que vamos) o las cabeceras, llenas de fanfarrias y logos en 3D que dan vueltas sobre si mismos y acaban con bien de luces y efectos chiribiteantes.

A pesar de todo, el programa logró lo que buscaba: entretener. Al menos, a un 14% de la gente que veía la tele en ese momento. Pero tengo que confesaros que ver a Angy (mi piojo de FoQ) imitando a Lady Gaga y su Born this way con un pelucón rubio que incluso hacía parecer que tuviese menos cuello es algo de lo que me costará recuperarme. Ahora, las cosas como son: el maquillaje, fetén.

¿Visteis Tu cara me suena? ¿Qué os pareció?